De corto a lanudo, la mayoría de los tipos de pelaje en los perros depende de variaciones en sólo tres genes, según científicos que estudian las interacciones genéticas.
Los investigadores estudiaron las variaciones en el ADN en más de 1.000 perros de 80 razas distintas, y luego compararon los resultados con la descripciones de distintos tipos de pelaje.
El estudio, publicado el jueves en la página digital de la revista Science, encontró que los genes RSPO2, FGF5 y KRT71 son responsables de la mayoría de los diversos tipos de pelaje.
Los resultados son aplicables a canes de razas puras: "No sabemos lo suficiente sobre la genética de los perros mixtos", indicó uno de los autores del estudio, K. Gordon Lark, quien es profesor de biología en la Universidad de Utah.
Los perros son descendientes de los lobos y, al igual que ellos, los que tienen pelo corto como los beagles presentan la forma ancestral de los tres genes, sin variaciones.
Por otro lado, canes como el perro de aguas portugués presentan variaciones en todos los genes, las cuales resultan en animales con pelo rizado, bigote y cejas pobladas.
Otros descubrimientos del estudio son:
- Una variación de RSPO2 genera un pelaje duro.
- De una combinación de los genes RSPO2 y KRT71 surge un perro con pelo rizado y tieso, como los Airedale terriers.
- Razas de pelo largo, como los golden retriever, presentan una alteración en el gen FGF5.
- Los perros de pelaje largo y barba, como el collie barbudo, tienen variaciones tanto en el gen FGF5 como en el RSPO2.
- Los spaniel acuáticos irlandeses, y otros perros con mucho pelaje rizado, resultan de una combinación de los genes FGF5 y KRT71.
El estudio fue financiado por la Fundación Nacional de Ciencias, el Instituto Nacional de Salud, Nestlé Purina Co., La Fundación de Salud Canina del Club Estadounidense de Kennel y el Laboratorio de Genética Veterinaria de la Universidad de California, Davis.
En internet:
Science: http://www/sciencemag.org
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viernes, 28 de agosto de 2009
martes, 25 de agosto de 2009
Venta Cachorro San Bernardo
VENTA AITZGORRI QOMOLUNGMA
Nacimiento: 12/02/09
Padre: Faustino V de Genberg
Madre: Xira Bazterreko Etxea

Nacimiento: 12/02/09
Padre: Faustino V de Genberg
Madre: Xira Bazterreko Etxea
miércoles, 19 de agosto de 2009
Hoy 21 Agosto " San Bernardo"

SAN BERNARDO DE MENTHON
(† 1081)
A un papa milanés y alpinista, en el sentido estricto de la palabra, pues fueron precisamente los Alpes los montes preferidos para sus escaladas, le correspondió declararle patrono de los habitantes de los Alpes y de todos los alpinistas. Nos referimos a Pío XI. Pero, sin necesidad de esta declaración, ya San Bernardo era famoso en todo el mundo por los dos abrigos o refugios que preparó en lo alto de la cordillera y por los famosos perros que llevan su nombre.
Había nacido en el corazón de Europa. Menthon es un pueblo al borde del lago de Annecy. Dista tan sólo unos diez kilómetros de esta ciudad episcopal, célebre por estar ligada al recuerdo de San Francisco de Sales, Santa Juana de Chantal y el nacimiento de la Orden de la Visitación. Un plácido recorrido por el maravilloso lago basta para trasladarse de Annecy a Menthon, pueblo que hoy ha añadido a su nombre el de su más glorioso hijo: Menthon-Saint Bernard. Nos encontramos en el mismo corazón de Europa. A un paso, Suiza. Tras los montes, Italia. En tierras de Saboya, desde hace cosa de un siglo francesas. La vida de San Bernardo había de responder a este claro designio europeo.
Nació, según parece, pues su discutida cronología se mueve holgadamente en un siglo entero, hacia el año 996. Como en el caso de tantos otros santos, recibe su formación en París. Al terminarla vuelve a su castillo natal de Menthon. Allí le espera su padre, que tiene trazados ya para él ambiciosos planes. En concreto, un ventajoso matrimonio. Tan preparado estaba todo, que, cuando quiere darse cuenta Bernardo, es ya la víspera de la boda. Su padre no quiere atender a las razones del hijo, que aspira a hacerse sacerdote. Todo aquello que él dice que ha madurado largamente durante su estancia en París no pasa de ser una locura. Así las cosas, no quedaba a Bernardo más que un remedio heroico: escapar por una ventana del castillo. Dicho y hecho. Aún hoy se muestra a los visitantes el barrote que hubo de romper para lograrlo.
Inmediatamente quiso aprovechar la libertad recobrada. Y llamó a las puertas de los canónigos regulares del valle de Aosta, al otro lado de los Alpes. El arcediano del valle le ha acogido con cariño y comprensión. Recibe el sacerdocio y años después se ve colocado en ese mismo cargo de arcediano.
Fue entonces cuando pudo darse cuenta a fondo de una urgente necesidad que existía. En sus predicaciones por los pueblos del valle, en sus contactos con los curas de las montañas, había visto ya algo. Pero no todo. Ahora, cuando su cargo de arcediano le imponía la obligación de atender con limosnas a los pobres peregrinos que tenían que atravesar los Alpes, se dio cuenta de la tragedia en todas sus dimensiones. No era sólo que el camino fuese áspero, arriesgado y, sobre todo en invierno, mortalmente peligroso. A los rigores de la naturaleza se añadían otros, provenientes de la malicia de los hombres. Aquellas caravanas, que tenían que pasar días enteros sin encontrar abrigo alguno frente a los elementos desencadenados, eran no pocas veces cruelmente saqueadas por los sarracenos, los húngaros o simplemente por gentes sin entrañas del mismo país.
Y se repitió entonces lo que tantas veces ha ocurrido y seguirá ocurriendo en la historia de la Iglesia. San Bernardo salió, como Santo Domingo de la Calzada, como San Vicente de Paúl, como San Juan de Mata... y como tantos otros santos, al paso de aquella necesidad. En verdad, la empresa era difícil, casi diríamos que descabellada. Enterrar a unos hombres en la nieve, obligarles a recorrer aquellos intransitables caminos de montaña en pleno invierno, obligarles a permanecer siempre atentos a la llamada de cualquier caminante, es mucho hoy, cuando se puede contar con medios que entonces ni siquiera podían entreverse. Pero era inmensamente más entonces. Y, sin embargo, pese a todo, se hizo. La caridad llegó a tanto. Y, pese a todas las dificultades, San Bernardo logró edificar, en lugar de los miserables refugios de tablas que hasta entonces existían, dos sólidos hospicios en Mont-Jeux y Colonne-Jeux. Como en tiempo de Nehemías, fue necesario tener en una mano la espada mientras con la otra se edificaba, pues las bandas de salteadores no dejaron de intentar hacer imposible la empresa. Pudo más la caridad del Santo. Y los dos hospicios llegaron a ser una feliz realidad.
Pero los edificios no bastaban. Había que poblarlos. Un grupo de canónigos regulares venidos de Aosta, se establecieron en ellos y sirvieron de núcleo inicial a la Congregación Hospitalaria de San Nicolás y San Bernardo del Monte de Júpiter, como hoy se llama oficialmente, por haber elegido San Bernardo a San Nicolás como patrono del más importante de los dos hospicios, el que hoy se conoce como el Gran San Bernardo.
Vida dura, heroicamente dura, la de los canónigos en aquellas alturas. Solos en la agreste soledad de las montañas, aislados del mundo, esperaban la primera señal para ponerse en movimiento en búsqueda del viajero perdido. Sus célebres perros, maravillosamente adiestrados, les servían de ayuda. Y miles de caminantes debieron la vida a esta ingeniosa caridad de San Bernardo.
Tranquilo estaba en medio de sus hijos, cuando vinieron a buscarle. El emperador Enrique, según parece el cuarto de este nombre, estaba irritado por una revuelta que había tenido lugar en Pavía. Se le pedía con angustia al Santo que interviniera para aplacarle. Y así lo hizo. Se puso rápidamente en camino, descendió a la planicie y realizó plenamente su labor de paz. Pero esta caridad suya le iba a suponer un serio sacrificio: el morir lejos de sus hijos.
Caminando, ya de vuelta, hacia sus amados Alpes, se sintió enfermo en Nevara. Halló acogida entre los benedictinos. Y atendido por ellos, expiró plácidamente el año 1081 al parecer. Nacido en tierras saboyanas, educado en la capital de Francia, canónigo regular en el valle de Aosta, rincón hoy día de habla francesa en Italia; fundador en Suiza, iba a descansar, fiel a este destino europeo, en la planicie lombarda, no lejos de Milán. Pese a las protestas, mantenidas tensamente durante siglos, de sus hijos los Canónigos del Gran San Bernardo, su cuerpo permanecerá en Novara. Primero en la iglesia de los hospitalarios benedictinos, que le habían acogido en su última enfermedad. Y después, hasta nuestros días, en la catedral misma de Nevara, a la que fue trasladado en 1454.
Ya en 1123 se procedió, según el procedimiento entonces usual para declarar la santidad de una persona, a levantar su sepulcro sobre el suelo. La fecha de esta elevación, o la de su traslación a la catedral, parece que fue el 15 de junio, día en que durante siglos se ha venido celebrando su fiesta. Desde 1922, sin embargo, su elogio se hace en el martirologio romano el 28 de mayo, sin que por eso se haya trasladado su fiesta en las diócesis en que se celebra.
En 1923 se celebró solemnemente su milenario. No obstante, hoy se da como más segura la cronología que hemos indicado, ya que el encuentro con el emperador, de que nos habla su biógrafo Ricardo de Val d'lsére, tiene todas las características de haber ocurrido con Enrique IV, lo que sitúa a San Bernardo en pleno siglo XI.
La Congregación por él fundada continúa existiendo, y tiene en la actualidad (1959) setenta y dos miembros. Por influjo de un insigne prelado vasco, el abad don Fernando Urquía, se ha confederado con las demás Congregaciones de Canónigos Regulares de San Agustín, medida esta que permite esperar un glorioso resurgimiento.
El hospicio del Gran San Bernardo ha perdido, como es lógico, la mayor parte de su utilidad con la perforación de los túneles bajo los Alpes, que hacen innecesario atravesarlos durante el invierno. No obstante, la Congregación continúa viviendo fielmente su primitivo espíritu, y no hace muchos años intentó emprender tareas similares en tierras de misiones, lo que, desgraciadamente, no pudo lograrse por las circunstancias políticas que el mundo ha venido atravesando.
(† 1081)
A un papa milanés y alpinista, en el sentido estricto de la palabra, pues fueron precisamente los Alpes los montes preferidos para sus escaladas, le correspondió declararle patrono de los habitantes de los Alpes y de todos los alpinistas. Nos referimos a Pío XI. Pero, sin necesidad de esta declaración, ya San Bernardo era famoso en todo el mundo por los dos abrigos o refugios que preparó en lo alto de la cordillera y por los famosos perros que llevan su nombre.
Había nacido en el corazón de Europa. Menthon es un pueblo al borde del lago de Annecy. Dista tan sólo unos diez kilómetros de esta ciudad episcopal, célebre por estar ligada al recuerdo de San Francisco de Sales, Santa Juana de Chantal y el nacimiento de la Orden de la Visitación. Un plácido recorrido por el maravilloso lago basta para trasladarse de Annecy a Menthon, pueblo que hoy ha añadido a su nombre el de su más glorioso hijo: Menthon-Saint Bernard. Nos encontramos en el mismo corazón de Europa. A un paso, Suiza. Tras los montes, Italia. En tierras de Saboya, desde hace cosa de un siglo francesas. La vida de San Bernardo había de responder a este claro designio europeo.
Nació, según parece, pues su discutida cronología se mueve holgadamente en un siglo entero, hacia el año 996. Como en el caso de tantos otros santos, recibe su formación en París. Al terminarla vuelve a su castillo natal de Menthon. Allí le espera su padre, que tiene trazados ya para él ambiciosos planes. En concreto, un ventajoso matrimonio. Tan preparado estaba todo, que, cuando quiere darse cuenta Bernardo, es ya la víspera de la boda. Su padre no quiere atender a las razones del hijo, que aspira a hacerse sacerdote. Todo aquello que él dice que ha madurado largamente durante su estancia en París no pasa de ser una locura. Así las cosas, no quedaba a Bernardo más que un remedio heroico: escapar por una ventana del castillo. Dicho y hecho. Aún hoy se muestra a los visitantes el barrote que hubo de romper para lograrlo.
Inmediatamente quiso aprovechar la libertad recobrada. Y llamó a las puertas de los canónigos regulares del valle de Aosta, al otro lado de los Alpes. El arcediano del valle le ha acogido con cariño y comprensión. Recibe el sacerdocio y años después se ve colocado en ese mismo cargo de arcediano.
Fue entonces cuando pudo darse cuenta a fondo de una urgente necesidad que existía. En sus predicaciones por los pueblos del valle, en sus contactos con los curas de las montañas, había visto ya algo. Pero no todo. Ahora, cuando su cargo de arcediano le imponía la obligación de atender con limosnas a los pobres peregrinos que tenían que atravesar los Alpes, se dio cuenta de la tragedia en todas sus dimensiones. No era sólo que el camino fuese áspero, arriesgado y, sobre todo en invierno, mortalmente peligroso. A los rigores de la naturaleza se añadían otros, provenientes de la malicia de los hombres. Aquellas caravanas, que tenían que pasar días enteros sin encontrar abrigo alguno frente a los elementos desencadenados, eran no pocas veces cruelmente saqueadas por los sarracenos, los húngaros o simplemente por gentes sin entrañas del mismo país.
Y se repitió entonces lo que tantas veces ha ocurrido y seguirá ocurriendo en la historia de la Iglesia. San Bernardo salió, como Santo Domingo de la Calzada, como San Vicente de Paúl, como San Juan de Mata... y como tantos otros santos, al paso de aquella necesidad. En verdad, la empresa era difícil, casi diríamos que descabellada. Enterrar a unos hombres en la nieve, obligarles a recorrer aquellos intransitables caminos de montaña en pleno invierno, obligarles a permanecer siempre atentos a la llamada de cualquier caminante, es mucho hoy, cuando se puede contar con medios que entonces ni siquiera podían entreverse. Pero era inmensamente más entonces. Y, sin embargo, pese a todo, se hizo. La caridad llegó a tanto. Y, pese a todas las dificultades, San Bernardo logró edificar, en lugar de los miserables refugios de tablas que hasta entonces existían, dos sólidos hospicios en Mont-Jeux y Colonne-Jeux. Como en tiempo de Nehemías, fue necesario tener en una mano la espada mientras con la otra se edificaba, pues las bandas de salteadores no dejaron de intentar hacer imposible la empresa. Pudo más la caridad del Santo. Y los dos hospicios llegaron a ser una feliz realidad.
Pero los edificios no bastaban. Había que poblarlos. Un grupo de canónigos regulares venidos de Aosta, se establecieron en ellos y sirvieron de núcleo inicial a la Congregación Hospitalaria de San Nicolás y San Bernardo del Monte de Júpiter, como hoy se llama oficialmente, por haber elegido San Bernardo a San Nicolás como patrono del más importante de los dos hospicios, el que hoy se conoce como el Gran San Bernardo.
Vida dura, heroicamente dura, la de los canónigos en aquellas alturas. Solos en la agreste soledad de las montañas, aislados del mundo, esperaban la primera señal para ponerse en movimiento en búsqueda del viajero perdido. Sus célebres perros, maravillosamente adiestrados, les servían de ayuda. Y miles de caminantes debieron la vida a esta ingeniosa caridad de San Bernardo.
Tranquilo estaba en medio de sus hijos, cuando vinieron a buscarle. El emperador Enrique, según parece el cuarto de este nombre, estaba irritado por una revuelta que había tenido lugar en Pavía. Se le pedía con angustia al Santo que interviniera para aplacarle. Y así lo hizo. Se puso rápidamente en camino, descendió a la planicie y realizó plenamente su labor de paz. Pero esta caridad suya le iba a suponer un serio sacrificio: el morir lejos de sus hijos.
Caminando, ya de vuelta, hacia sus amados Alpes, se sintió enfermo en Nevara. Halló acogida entre los benedictinos. Y atendido por ellos, expiró plácidamente el año 1081 al parecer. Nacido en tierras saboyanas, educado en la capital de Francia, canónigo regular en el valle de Aosta, rincón hoy día de habla francesa en Italia; fundador en Suiza, iba a descansar, fiel a este destino europeo, en la planicie lombarda, no lejos de Milán. Pese a las protestas, mantenidas tensamente durante siglos, de sus hijos los Canónigos del Gran San Bernardo, su cuerpo permanecerá en Novara. Primero en la iglesia de los hospitalarios benedictinos, que le habían acogido en su última enfermedad. Y después, hasta nuestros días, en la catedral misma de Nevara, a la que fue trasladado en 1454.
Ya en 1123 se procedió, según el procedimiento entonces usual para declarar la santidad de una persona, a levantar su sepulcro sobre el suelo. La fecha de esta elevación, o la de su traslación a la catedral, parece que fue el 15 de junio, día en que durante siglos se ha venido celebrando su fiesta. Desde 1922, sin embargo, su elogio se hace en el martirologio romano el 28 de mayo, sin que por eso se haya trasladado su fiesta en las diócesis en que se celebra.
En 1923 se celebró solemnemente su milenario. No obstante, hoy se da como más segura la cronología que hemos indicado, ya que el encuentro con el emperador, de que nos habla su biógrafo Ricardo de Val d'lsére, tiene todas las características de haber ocurrido con Enrique IV, lo que sitúa a San Bernardo en pleno siglo XI.
La Congregación por él fundada continúa existiendo, y tiene en la actualidad (1959) setenta y dos miembros. Por influjo de un insigne prelado vasco, el abad don Fernando Urquía, se ha confederado con las demás Congregaciones de Canónigos Regulares de San Agustín, medida esta que permite esperar un glorioso resurgimiento.
El hospicio del Gran San Bernardo ha perdido, como es lógico, la mayor parte de su utilidad con la perforación de los túneles bajo los Alpes, que hacen innecesario atravesarlos durante el invierno. No obstante, la Congregación continúa viviendo fielmente su primitivo espíritu, y no hace muchos años intentó emprender tareas similares en tierras de misiones, lo que, desgraciadamente, no pudo lograrse por las circunstancias políticas que el mundo ha venido atravesando.
viernes, 14 de agosto de 2009
Muere el perro más grande del mundo

Este Gran Danés Arlequín es propiedad de Sandy Hall de Grass Valley, California, EE.UU. y ha participado en numerosos eventos mostrando su gran tamaño.
Ayer, su veterinario informó que Gibson había muerto trás soportar un cancer. El perro sufría de osteosarcoma. Su pata anterior derecha había sido amputada para impedir la metástasis, pero la semana pasada se descubrió que la enfermedad se había propagado a los pulmones y a la columna vertebral.
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miércoles, 5 de agosto de 2009
Origen del perro domesticado

Diversidad genética
El equipo concluyó que la diversidad genética de los perros de las aldeas africanas era igual de variada que la de los perros de Asia oriental, lo que les hizo cuestionar la hipótesis de que allí reside el origen de la domesticación del perro.El Dr. Boyko le dijo a la BBC: “Creo que esa hipótesis es una conclusión prematura, consecuencia del hecho de que se ha estudiado siempre a muchos más perros callejeros de Asia oriental que de ningún otro lugar”.Sucede que, según el investigador, los perros de las aldeas tienen más diversidad genética que los de raza, que sometidos a mayores procedimientos artificiales.El origen de la domesticación de los canes, entonces, podría encontrarse tanto Asia como Europa. Boyko aclaró que no puede haber sido África, dado que allí no hay lobos grises.El equipo ahora tiene planeado tomar muestras de sangre de perros de las calles de Europa y Asia, desde Portugal hasta Papúa Nueva Guinea, para establecer con exactitud las áreas de mayor diversidad genética.
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lunes, 3 de agosto de 2009
La visión del San Bernardo
El ojo del perro
La retina, que cubre la parte posterior interna del globo ocular, contiene conos y bastones, dos tipos de células sensibles a la luz. Los conos dan percepción del color y visión detallada, mientras que los bastones detectan el movimiento y son sensibles a la baja luz. Los perros, que tienen retinas pobladas mayormente por conos, ven mejor en la oscuridad que los humanas, y su visión está orientada al movimiento. Sin embargo, dado que solo poseen la décima parte de la concentración de conos que los humanos, los perros no perciben los colores al igual que nosotros.
La visión
Al nacer el perro es ciego. Cuando el cachorro cumpla entre diez y quince días empezará a reconocer objetos. A partir de las seis semanas, la retina empieza a funcionar correctamente, desarrollando la percepción visual de manera progresiva hasta aproximadamente los tres meses de vida.
Un mundo de colores diferentes
Los perros ven en color, los colores que mejor distinguen son los más cercanos al azul y al violeta.Por lo general explico que los perros ven como un humano daltónico. Mucha gente piensa que una persona que es daltónica (ciega a los colores rojo/verde) no puede distinguir ningún color, pero existen variaciones de daltonismo. La mayoría de la gente tiene visión tricromática (variaciones de tres colores). Los perros reconocen dos colores, azul-violeta y amarillo, y pueden distinguir entre las tonalidades de gris. Los perros no pueden distinguir entre el amarillo, verde, anaranjado, y el rojo. También tienen dificultades para distinguir el verde del gris.
En el cuadro de arriba, vemos comparado el espectro de colores tal como lo percibe el perro (arriba) y el humano. El perro percibe como amarillo lo que nosotros vemos rojo, naranja, amarillo, y verde. Ciertos tonos de verde y turquesa, el perro los percibe como blanco. El perro distingue los azules en forma similar a nosotros, mientras que el violeta lo ve gris.
Campo visual
Al perro le cuesta ver objetos a una distancia cercana, (30 cm) viéndolos borrosos. En cambio su vista es muy sensible al movimiento, capaz de detectar un objeto o un animal en movimiento a unos ochocientos metros. El campo visual es de un 200% frente al 180% del humano, gracias a que sus ojos están ladeados.
Fuentes:
Sarah Probst - Through the eyes of your canine
www.cah.com - Eyes and your dog
www.workingdogs.com - Bringing Dog Vision Into Focus. D. Caroline Coile, Ph.D
Imágenes: www.dogstory.net
La retina, que cubre la parte posterior interna del globo ocular, contiene conos y bastones, dos tipos de células sensibles a la luz. Los conos dan percepción del color y visión detallada, mientras que los bastones detectan el movimiento y son sensibles a la baja luz. Los perros, que tienen retinas pobladas mayormente por conos, ven mejor en la oscuridad que los humanas, y su visión está orientada al movimiento. Sin embargo, dado que solo poseen la décima parte de la concentración de conos que los humanos, los perros no perciben los colores al igual que nosotros.
La visión
Al nacer el perro es ciego. Cuando el cachorro cumpla entre diez y quince días empezará a reconocer objetos. A partir de las seis semanas, la retina empieza a funcionar correctamente, desarrollando la percepción visual de manera progresiva hasta aproximadamente los tres meses de vida.
Un mundo de colores diferentes
Los perros ven en color, los colores que mejor distinguen son los más cercanos al azul y al violeta.Por lo general explico que los perros ven como un humano daltónico. Mucha gente piensa que una persona que es daltónica (ciega a los colores rojo/verde) no puede distinguir ningún color, pero existen variaciones de daltonismo. La mayoría de la gente tiene visión tricromática (variaciones de tres colores). Los perros reconocen dos colores, azul-violeta y amarillo, y pueden distinguir entre las tonalidades de gris. Los perros no pueden distinguir entre el amarillo, verde, anaranjado, y el rojo. También tienen dificultades para distinguir el verde del gris.

En el cuadro de arriba, vemos comparado el espectro de colores tal como lo percibe el perro (arriba) y el humano. El perro percibe como amarillo lo que nosotros vemos rojo, naranja, amarillo, y verde. Ciertos tonos de verde y turquesa, el perro los percibe como blanco. El perro distingue los azules en forma similar a nosotros, mientras que el violeta lo ve gris.
Campo visual

Al perro le cuesta ver objetos a una distancia cercana, (30 cm) viéndolos borrosos. En cambio su vista es muy sensible al movimiento, capaz de detectar un objeto o un animal en movimiento a unos ochocientos metros. El campo visual es de un 200% frente al 180% del humano, gracias a que sus ojos están ladeados.
Fuentes:
Sarah Probst - Through the eyes of your canine
www.cah.com - Eyes and your dog
www.workingdogs.com - Bringing Dog Vision Into Focus. D. Caroline Coile, Ph.D
Imágenes: www.dogstory.net
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jueves, 30 de julio de 2009
Diario de un perro
DIARIO DE UN PERRO
Semana 1: Hoy cumplí una semana de nacido, ¡Qué alegría haber llegado a este mundo!
Mes 01: Mi mama me cuida muy bien. Es una mama ejemplar.
Mes 02: Hoy me separaron de mi mama. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adios. Esperando que mi nueva 'familia humana' me cuidara tan bien como ella lo había hecho.
Mes 04: He crecido rápido; todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como 'hermanitos' Somos muy inquietos, ellos me tocan la cola y yo les muerdo jugando.
Mes 05: Hoy me regañaron. Mi mama se molestó porque me hice 'pipí' adentro de la casa; pero nunca me habían dicho donde debo hacerlo. Además duermo en la recámara... ¡y ya no me aguantaba!
Mes 12: Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Que orgullosos se deben de sentir de mí.
Mes 13: Que mal me sentí hoy. 'Mi hermanito' me quitó la pelota. Yo nunca agarro sus juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron casi sin poderme mover al rayo del sol. Dicen que van a tenerme en observación y que soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.
Mes 15: Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo, mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo techo que me guarde.
Mes 16: Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdonó y me puse tan contento que daba saltos de gusto. Mi rabo parecía reguilete. Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que haríamos nuestro 'día de campo'. No comprendo por qué cerraron la puerta y se fueron. '¡Oigan, esperen!' Se... se olvidan de mí. Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas Mi angustia crecía al darme cuenta, que casi me desvanecía y ellos no se detenían: me habían olvidado.
Mes 17: He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y seria leal como ninguno. Pero solo dicen 'pobre perrito', se ha de haber perdido.
Mes 18: El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis 'hermanitos'. Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras 'a ver quien tenía mejor puntería'. Una de esas piedras me lastimó el ojo y desde entonces ya no veo con él.
Mes 19: Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían más de mí. Ya estoy muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.
Mes 20: Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los coches, uno me arrolló. Según yo estaba en un lugar seguro llamado 'cuneta', pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se ladeó con tal de atropellarme. Ojalá me hubiera matado, pero solo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastré hacia un poco de hierba a ladera del camino.
Mes 21: Voy para 10 días bajo el sol, la lluvia, el frío y sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal; quedé en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve; otras dicen: 'No te acerques' Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar. 'Pobre perrito, mira como te han dejado', decía... junto a ella venía un señor de bata blanca, empezó a tocarme y dijo: 'Lo siento señora, pero este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir.' A la gentil dama se le salieron las lágrimas y asintió. Como pude, moví el rabo y la miré agradeciéndole me ayudara a descansar. Solo sentí el piquete de la inyección y me dormí para siempre pensando en por qué tuve que nacer si nadie me quería .
La solución no es echar un perro a la calle, sino educarlo. No conviertas en problema una grata compañía. Ayuda a abrir conciencia y así poder acabar con el problema de los perros callejeros.
Semana 1: Hoy cumplí una semana de nacido, ¡Qué alegría haber llegado a este mundo!
Mes 01: Mi mama me cuida muy bien. Es una mama ejemplar.
Mes 02: Hoy me separaron de mi mama. Ella estaba muy inquieta, y con sus ojos me dijo adios. Esperando que mi nueva 'familia humana' me cuidara tan bien como ella lo había hecho.
Mes 04: He crecido rápido; todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como 'hermanitos' Somos muy inquietos, ellos me tocan la cola y yo les muerdo jugando.
Mes 05: Hoy me regañaron. Mi mama se molestó porque me hice 'pipí' adentro de la casa; pero nunca me habían dicho donde debo hacerlo. Además duermo en la recámara... ¡y ya no me aguantaba!
Mes 12: Hoy cumplí un año. Soy un perro adulto. Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Que orgullosos se deben de sentir de mí.
Mes 13: Que mal me sentí hoy. 'Mi hermanito' me quitó la pelota. Yo nunca agarro sus juguetes. Así que se la quité. Pero mis mandíbulas se han hecho muy fuertes, así que lo lastimé sin querer. Después del susto, me encadenaron casi sin poderme mover al rayo del sol. Dicen que van a tenerme en observación y que soy ingrato. No entiendo nada de lo que pasa.
Mes 15: Ya nada es igual... vivo en la azotea. Me siento muy solo, mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed. Cuando llueve no tengo techo que me guarde.
Mes 16: Hoy me bajaron de la azotea. De seguro mi familia me perdonó y me puse tan contento que daba saltos de gusto. Mi rabo parecía reguilete. Encima de eso, me van a llevar con ellos de paseo. Nos enfilamos hacia la carretera y de repente se pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que haríamos nuestro 'día de campo'. No comprendo por qué cerraron la puerta y se fueron. '¡Oigan, esperen!' Se... se olvidan de mí. Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas Mi angustia crecía al darme cuenta, que casi me desvanecía y ellos no se detenían: me habían olvidado.
Mes 17: He tratado en vano de buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido. En mi sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de comer. Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi alma. Yo quisiera que me adoptaran y seria leal como ninguno. Pero solo dicen 'pobre perrito', se ha de haber perdido.
Mes 18: El otro día pasé por una escuela y vi a muchos niños y jóvenes como mis 'hermanitos'. Me acerqué, y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras 'a ver quien tenía mejor puntería'. Una de esas piedras me lastimó el ojo y desde entonces ya no veo con él.
Mes 19: Parece mentira, cuando estaba más bonito se compadecían más de mí. Ya estoy muy flaco; mi aspecto ha cambiado. Perdí mi ojo y la gente más bien me saca a escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra.
Mes 20: Casi no puedo moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los coches, uno me arrolló. Según yo estaba en un lugar seguro llamado 'cuneta', pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del conductor, que hasta se ladeó con tal de atropellarme. Ojalá me hubiera matado, pero solo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis patas traseras no me responden y con dificultades me arrastré hacia un poco de hierba a ladera del camino.
Mes 21: Voy para 10 días bajo el sol, la lluvia, el frío y sin comer. Ya no me puedo mover. El dolor es insoportable. Me siento muy mal; quedé en un lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa y ni me ve; otras dicen: 'No te acerques' Ya casi estoy inconsciente; pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos. La dulzura de su voz me hizo reaccionar. 'Pobre perrito, mira como te han dejado', decía... junto a ella venía un señor de bata blanca, empezó a tocarme y dijo: 'Lo siento señora, pero este perro ya no tiene remedio, es mejor que deje de sufrir.' A la gentil dama se le salieron las lágrimas y asintió. Como pude, moví el rabo y la miré agradeciéndole me ayudara a descansar. Solo sentí el piquete de la inyección y me dormí para siempre pensando en por qué tuve que nacer si nadie me quería .
La solución no es echar un perro a la calle, sino educarlo. No conviertas en problema una grata compañía. Ayuda a abrir conciencia y así poder acabar con el problema de los perros callejeros.
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